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lo que creemos

LO QUE CREEMOS

  1. Dios: En nuestra fe, afirmamos la existencia de un Dios que, revelándose en las Escrituras, existe en una comunión trinitaria eterna: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta realidad trasciende nuestro entendimiento, pero abrazamos la belleza y misterio de esta verdad revelada (Dt. 6:4; Mt. 28:19).

  2. Cristo nuestro Salvador Nuestra convicción central descansa en Jesucristo, el Dios encarnado, quien a través de su vida, muerte y resurrección, transforma nuestras vidas y restaura nuestra relación con Dios. En Cristo encontramos el cumplimiento de la esperanza y la redención (Fil. 2:6–11; 1 Cor. 15:3–4).

  3. El Espíritu Santo: Valoramos la obra activa del Espíritu Santo en nuestras vidas, guiándonos, enseñándonos y capacitándonos para vivir en santidad. Su presencia transformadora es esencial para comprender y aplicar las verdades eternas de las Escrituras a nuestra realidad diaria (Juan 14:16–18; Juan 16:13).

  4. La inspiración e inerrancia de La Biblia: Reconocemos las Escrituras como la Palabra viva e inspirada por Dios, la cual nos revela Su voluntad y nos guía en la fe y práctica. Creemos en su autoridad inquebrantable y su capacidad de transformar vidas (2 Pe. 1:20–21; 2 Tim. 3:15–17).

  5. Restauración a través de la Gracia: Celebramos la gracia redentora de Dios, que nos rescata de la caída humana y nos ofrece la salvación en Jesucristo. La justificación por fe, la regeneración y la adopción son expresiones de esta gracia transformadora (Gen. 1:27; Rom. 3:23; Efes. 2:8; Tit 3:4–7).

  6. Vivir la Fe en Comunidad: En nuestra jornada de fe, buscamos vivir en la plenitud del Espíritu Santo, permitiendo que nos transforme y capacitándonos para una vida santa en comunidad. Este viaje es tanto un momento crucial como una progresión continua (1 Tes. 5:23;Hch 1:8; Rom. 6:1–14).

  7. Anticipación del Reino y la Esperanza: Mantenemos la esperanza bendita de la resurrección y del retorno personal, visible y premilenial de Jesucristo. Esta esperanza nos impulsa a vivir de manera santa y a servir fielmente, anticipando el cumplimiento del Reino de Dios (1 Cor. 15:20–23; Juan 5:28–29; Heb. 10:37; Tit. 2:11–14).

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